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Cuando hablamos de disfrutar de la vida, saber aprovechar los momentos, vivir al máximo, es necesario tener varios factores a tu favor y uno de ellos y, tal vez, el más importante, es la salud. Tener el cuerpo y la mente en plena forma, nos ayuda a sentir esa energía que nos impulsa a disfrutar de las pequeñas o grandes cosas que nos regala la vida.

Ahora bien, cuando nos falta salud, es muy difícil que podamos realizar todo lo que queremos hacer con una actitud 100% alegre y optimista. Gracias a nuestra evolución, el ser humano ha sido capaz de ir perfeccionando la ciencia que estudia las enfermedades, tanto para prevenirlas como para curarlas.

Pero la verdad es que hasta llegar a la información y sabiduría de la que disponemos actualmente, la medicina ha tenido un proceso muy largo de maduración y que, gracias a la investigación, nunca para. Ya desde el principio de nuestra existencia, sufríamos imperfecciones en nuestros cuerpos como artritis e incluso en el Neolítico se hacían trepanaciones que es una práctica en la que se agujerea el cráneo.

Hace miles de años, la humanidad tenía un concepto de las enfermedades más religiosa que científica. Consideraban que era el resultado de un castigo de algún Dios hasta que en el Antiguo Egipto empezaron a buscar la parte científica de esos sucesos (aunque seguían creyendo que formaba parte de la ecuación el acto de los Dioses). Esto dio paso a que la cultura griega y romana siguieran investigando y se formaran médicos muy importantes que sentaron las bases de la medicina occidental.

En esta etapa aparece Hipócrates, que fue el primero en utilizar el método científico para hacer diagnósticos y averiguar qué pasa en el cuerpo del paciente sin tener nada que ver con la religión. Estudió muchos aspectos externos a nuestro cuerpo que pueden afectar la forma en la que empeora o mejora nuestra salud como la alimentación, el clima, el ambiente… Era fiel defensor de la idea de que estar pendientes de nuestra salud es lo más importante ya que sin ella todo lo demás pierde sentido y varios siglos después se ha demostrado que así es.

En la época medieval utilizaban la medicina para curar las enfermedades y las heridas producidas en las guerras y combates, pero lo cierto es que para nada tenían tantos conocimientos como tenemos ahora y eso hacía que no fuera de todo efectiva, sobre todo cuando hablamos de las epidemias y pandemias de esos años tan devastadoras. También hay que remarcar que las personas no vivían en las condiciones que nosotros tenemos ahora, más cómodas y seguras por lo que las infecciones y complicaciones eran situaciones diarias.

Durante todo el siglo XIX y el siglo XX, se produjeron muchos avances tecnológicos que ayudaron muchísimo a los médicos a la hora de realizar diagnósticos y tratamientos. Sin estos instrumentos hay muchos conocimientos que no habríamos podido saber o, en caso de enfermedad, no podríamos detectarlo tan rápido.

Es de sobra sabido que, en muchas enfermedades, cuanto antes se diagnostique más fácil es revertir los efectos y conseguir la total recuperación del paciente. Por ello, en los últimos años, la medicina se ha unido más que nunca a los avances tecnológicos y al igual que la medicina se aprovecha de la innovación de los aparatos electrónicos, nosotros tenemos la oportunidad de usar nuestro ordenador para hacer consultas médicas a través de programas informáticos que nos ayuden en aquello que necesitamos.

• Atlas de anatomía: El cuerpo humano es muchas veces más complejo que un ordenador. Los músculos, los huesos, los órganos, los líquidos, los tejidos… la cantidad de información que tienen que aprender los estudiantes de enfermería, medicina y aquellos que se dedican al ámbito de la salud, es enorme y por ello cuanta más ayuda tengan para aprender la anatomía del cuerpo, mejor. Gracias a estos programas, tendrás a tu disposición siempre que lo necesites, una recreación del cuerpo humano en 3D para estudiar o realizar consultas cuando sea, aunque ya no estés estudiando la carrera.
• Práctica de casos clínicos: Tanto si estás estudiando o trabajando, en la medicina es muy importante la práctica y hacer muchos ensayos para que luego, a la hora de la verdad, tengamos muy claros todos los procedimientos y pasos que hay que seguir. Para ello existen programas informáticos que te ponen en situación de casos ficticios como éste en el que debes analizar diferentes ECG para hacer un diagnóstico y, posteriormente, se mostrará la solución y posibles tratamientos.
• Talk with your fingers: Este programa es de lo más útil para aquellas personas que tienen dificultad para hablar y comunicarse verbalmente. El usuario solo tendrá que escribir en el ordenador aquello que quiere expresar y la máquina producirá voz en su lugar. Para agilizar la tarea, tiene la capacidad de memorizar frases que sean recurrentes para el interesado y así ahorrar el tiempo que tardaría en reescribirlas.
• Help! Snoring: Este programa es capaz de predecir si tienes posibilidades de padecer apnea obstructiva del sueño (AOS). Esta enfermedad afecta a un 4% de la población por lo que es bastante común. Los efectos de esta enfermedad son que, de forma repetida, el sujeto deja de respirar mientras duerme debido al colapso de sus vías respiratorias. Mucha gente que padece esta enfermedad no es consciente de ello ya que produce cuando estamos durmiendo y si tenemos un nivel bajo, podemos no darnos cuenta de esas pausas en nuestra respiración.

Con estos y muchos programas más, podrás acercarte un poco más a la medicina y utilizar los avances tecnológicos que se han desarrollado en los últimos años para ello como, por ejemplo, tu ordenador Windows. Recuerda que la salud es lo más importante que tenemos y es nuestro deber preocuparnos por estar sanos. Si, por desgracia no lo estamos, tenemos herramientas que nos pueden permitir tener una vida más fácil y prevenir complicaciones.

Aunque estos programas puedan ayudarte, recuerda pedir siempre la opinión de un médico experto que sepa tratar tu enfermedad y te guíe en tu recuperación diaria.